Milán, capital económica e industrial de Italia, es sede de un gran número de imponentes edificios y de un rico patrimonio arquitectónico entre el que incluyen decenas de iglesias. Además, la moda y los eventos relacionados con el sector atraen cada año a millones de visitantes que quieren visitar una de las capitales mundiales de la alta costura.
La ciudad es perfecta para combinar el shopping – la gran mayoría de marcas de moda internacionales tienen una tienda en Milán – , la gastronomía, los grandes exponentes del gótico y la visita a algunas de las más prestigiosas obras de arte, como el mural de La Última Cena de Leonardo da Vinci en el Convento de Santa Maria delle Grazie .
El principal atractivo de la ciudad es sin duda su catedral, un edificio gótico considerado uno de las más grandes del mundo. El Duomo tardó en construirse cinco siglos, un tiempo más que razonable debido a su gran complejidad. El interior de la catedral está formado por largas columnas de mármol que llegan hasta el techo.
Milán cuenta también con un barrio de canales – más modestos que los que podemos encontrar en algunas otras ciudades como Venecia – que se han convertido en los últimos tiempos en una zona muy popular para disfrutar el ocio y la gastronomía.
En el canal Naviglio Grande se encuentra Rebelot del Pont, un bistrot en el que el chef Matteo Monti ofrece una gran variedad de platos pequeños de alta cocina. Para aquellos que no quieran elegir de la carta, el chef propone un menú sorpresa de degustación de 4 o 5 platos. Los cócteles también son el plato fuerte de este lugar, elaborados al momento en la barra del bar.
Fuente: VANGUARDIA
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